jueves, 26 de noviembre de 2009

CèLuLa PrOcArIoNtE


Se llama procariota (del griego πρό, pro = antes de y κάρυον, karion = núcleo) a las células sin núcleo celular diferenciado, es decir, cuyo ADN se encuentra disperso en el citoplasma. Las células que sí tienen un núcleo, es decir con el ADN encerrado tras una cubierta membranosa se llaman eucariotas y constituyen las formas de vida más conocidas y complejas, las que forman el imperio o dominio Eukarya.
Casi sin excepción los organismos basados en células procariotas son unicelulares, formados por una sola célula. Además, el término procariota hace referencia a los organismos del imperio Prokaryota, cuyo concepto coincide con el reino Monera de las clasificaciones de Copeland o Whittaker que, aunque obsoletas, son aún muy populares.
LA CÉLULA PROCARIOTA: LAS BACTERIAS Son células sin núcleo, la zona de la célula, donde está el ADN y ARN no está limitado por membrana. Ej. Bacteria. Actualmente están divididas en dos grupos: • Eubacterias, que poseen paredes celulares formadas por peptidoglicano o por mureína. Incluye a la mayoría de las bacterias y también a las cianobacterias. • Arqueobacterias, que utilizan otras sustancias para constituir sus paredes celulares. Son todas aquellas características que habitan en condiciones extremas como manantiales sulfurosos calientes o aguas de salinidad muy elevada.

Características generales
Los procariotas son el grupo más antiguo de organismos sobre la Tierra, como
así mismo los más abundantes.
Pueden sobrevivir en muchos ambientes que no toleran otras formas de vida,
por ejemplo en las extensiones heladas de la Antártida, en las oscuras profundidades
del océano y en las aguas casi hirvientes de las fuentes termales naturales, pueden
sobrevivir sin oxígeno libre, obteniendo su energía por procesos anaerobios y si las
condiciones le son desfavorables, pueden formar esporas de paredes gruesas (formas
resistentes inactivas), pudiendo permanecer latentes durante años.
El éxito de los procariotas se debe a su gran diversidad metabólica y a su rápido
ritmo de división celular.
Desde un punto de vista ecológico, son los más importantes descomponedores,
que degradan el material orgánico para que pueda ser utilizado por los vegetales.
Desempeñan un papel importante en el proceso de fijación del nitrógeno. Aunque este
abunda en la atmósfera, los eucariotas no son capaces de utilizar el nitrógeno
atmosférico, y así el primer paso crucial en la incorporación del nitrógeno a los
compuestos orgánicos depende principalmente de ciertas especies de procariotas.
Algunos procariotas son fotosintéticos, y unas pocas especies son a la vez
fotosintéticas y fijadoras de nitrógeno como es el caso de algunas cianobacterias.

Son unicelulares, aunque a menudo forman
colonias o filamentos de células independientes.
Son diminutas, su tamaño varía desde 0,1 a 5μ.
Citoplasma: prácticamente no posee
estructuras en su interior, tiene aspecto finamente
granular por la gran cantidad de ribosomas que
presenta y gránulos de almacenamiento que
retienen glucógeno, lípidos o compuestos
fosfatados. Los ribosomas son más pequeños (70S)
que los ribosomas eucariotas pero su forma es
igual. Carecen completamente de organelos
delimitados por membranas. Lo que más se
destaca en el citoplasma es el cromosoma
bacteriano ubicado en una zona denominada
nucleoide, este cromosoma consiste en una sola molécula de DNA circular, asociado
con una pequeña cantidad de RNA y proteínas no histónicas. Puede contener uno o
más plásmidos, pequeñas moléculas de DNA que se replican independientemente del
cromosoma bacteriano y la mayoría son portadores de genes que confieren resistencia
a antibióticos.
Membrana plasmática: posee una composición química similar a la de las
células eucariotas, pero carecen de colesterol y otros esteroides, a excepción de los
micoplasmas (las bacterias más pequeñas que se conocen). La membrana plasmática
suele replegarse hacia el interior constituyendo los llamados mesosomas,
considerados el sitio de unión del ADN y que parece que interviene en la separación de
los cromosomas replicados durante la división celular. En el caso de las bacterias
fotosintéticas, la membrana posee numerosos repliegues denominados lamelas o
laminillas que contienen los pigmentos captadores de luz, también hay repliegues de
membrana en las bacterias fijadoras de nitrógeno. En el caso de los procariotas que
son aeróbicos, en la membrana plasmática se encuentra el mismo sistema de
transporte electrónico que está presente en la membrana mitocondrial interna de las
células eucarióticas.
Pared celular: la mayoría de las células procarióticas son hipertónicas en
relación al medio que las rodea, y presentan rodeando a la membrana plasmática una
pared celular que evita que estallen, los micoplasmas, que viven como parásitos
intracelulares en un ambiente isotónico, carecen por completo de pared.
La resistencia de la pared se debe a la presencia de peptidoglucano que
consiste en dos tipos de azúcares poco comunes unidos a péptidos cortos.

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